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Tubo de laboratorio para prueba de la anemia

Anemia: cuando el recuento de eritrocitos sanos es bajo

Autor: Javier Guzmán

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Fecha de publicación:

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Tiempo de lectura: 5 min

¿Qué es la anemia?

La anemia es una enfermedad que se define como una cantidad disminuida de glóbulos rojos sanos o normales, como una concentración disminuida de hemoglobina en la sangre, o bien como un valor de hematocrito (los valores medios varían entre el 41 y el 53 % en los hombres, y entre el 36 y el 46 % en las mujeres) más bajo que lo normal.


Los glóbulos rojos son las células más abundantes que hay en la sangre y su función consiste en la captación de oxígeno para su transporte hacia los diferentes tejidos de todo el cuerpo. Esta función la realizan gracias a la hemoglobina, que es su proteína principal, y une el oxígeno a átomos de hierro para permitir su transporte por la sangre. Por este motivo, la anemia supone una dificultad para la dicha distribución de oxígeno a todas las células del cuerpo, ya que la disminución de los glóbulos rojos que conlleva acaba derivando en esta alteración.


La anemia se puede clasificar en diferentes tipos, dependiendo de su patogenia o de la morfología de los glóbulos rojos. De este modo, los principales tipos de anemia son los siguientes:

    • Anemia por deficiencia de vitamina B12
    • Anemia por deficiencia de folato (ácido fólico)
    • Anemia por deficiencia de hierro
    • Anemia por enfermedad crónica
    • Anemia hemolítica
    • Anemia aplásica idiopática
    • Anemia megaloblástica
    • Anemia perniciosa
    • Anemia drepanocítica
    • Talasemia

En general, los síntomas de la anemia suelen incluir:

    • Sentirse débil o cansado más a menudo que de costumbre, o con el ejercicio
    • Dolores de cabeza
    • Problemas para concentrarse o pensar
    • Irritabilidad
    • Pérdida de apetito
    • Entumecimiento y hormigueo de las manos y pies

Al empeorar la anemia, suelen aparecer otros síntomas. Como los siguientes:

    • Color azul en la esclerótica de los ojos
    • Uñas quebradizas
    • Deseo de comer hielo u otras cosas no comestibles (síndrome de pica)
    • Mareo al ponerse de pie
    • Color de piel pálido
    • Dificultad para respirar tras actividad leve o incluso en reposo
    • Lengua adolorida o inflamada
    • Úlceras bucales
    • Sangrado menstrual anormal o más abundante en las mujeres
    • Pérdida del deseo sexual en los hombres

Si la anemia se cronifica, los pacientes se acaban adaptando a la situación y sienten muy pocos síntomas.


Aunque muchas partes del cuerpo ayudan a producir glóbulos rojos, la mayor parte del trabajo se hace en la médula ósea. Esta es el tejido blando en el centro de los huesos que ayuda a la formación de las células sanguíneas.


Los glóbulos rojos sanos duran entre 90 y 120 días. Partes del cuerpo eliminan luego las células sanguíneas viejas. Una hormona llamada eritropoyetina (EPO) producida en los riñones, le da la señal a la médula ósea para producir más glóbulos rojos.


La anemia severa puede causar niveles bajos de oxígeno en órganos vitales, como el corazón, y puede llevar a que se presente insuficiencia cardíaca.

Factores de riesgo de anemia

La anemia tiene múltiples factores de riesgo, entre los cuales destacan los siguientes:

    • Edad: las personas de más de 65 años tienen un mayor riesgo de anemia
    • Una dieta pobre en vitaminas y minerales: no consumir suficiente hierro, vitamina B 12 y folato aumenta el riesgo de anemia
    • Problemas con el intestino delgado: tener una enfermedad que afecte a la absorción de nutrientes por parte del intestino delgado (como la celiaquía o la enfermedad de Crohn) aumenta el riesgo de anemia
    • Períodos menstruales: en general, tener menstruaciones abundantes puede aumentar el riesgo de anemia, debido a la pérdida de glóbulos rojos que suele conllevar
    • Embarazo: las mujeres embarazadas que no toman un multivitamínico con ácido fólico y hierro tienen un mayor riesgo de anemia
    • Enfermedades crónicas: tener cáncer, insuficiencia renal, diabetes u otra enfermedad crónica aumenta el riesgo de anemia por enfermedad crónica, debido a que pueden derivar al déficit de glóbulos rojos
    • La pérdida lenta y crónica de sangre por una úlcera u otra fuente dentro del cuerpo puede agotar las reservas de hierro del cuerpo y provocar anemia por deficiencia de hierro (dando lugar usualmente a niveles bajos de hierro y de la proteína responsable de su almacenaje: la ferritina)
    • Antecedentes familiares: tener un familiar con un tipo de anemia que se transmite de padres a hijos, denominada hereditaria, puede aumentar el riesgo de sufrir anemias hereditarias, como la anemia de células falciformes
    • Otros factores: los antecedentes de ciertas infecciones, enfermedades de la sangre y trastornos autoinmunes aumentan el riesgo de padecer anemia. Beber mucho alcohol, estar en contacto con sustancias químicas tóxicas y tomar ciertos medicamentos pueden afectar a la producción de glóbulos rojos y derivar en anemia

¿Cómo se diagnostica la anemia?

La anemia suele diagnosticarse mediante un examen físico o analíticas de sangre. Las pruebas más frecuentes son las siguientes:

    • Soplo cardíaco
    • Presión arterial baja, especialmente al pararse
    • Fiebre leve
    • Piel pálida
    • Frecuencia cardíaca rápida

Algunos tipos de anemia pueden causar otros resultados en un examen físico. Los exámenes de sangre utilizados para diagnosticar algunos tipos comunes de anemia pueden incluir:

    • Niveles sanguíneos de hierro, vitamina B12, ácido fólico y otras vitaminas y minerales
    • Conteo sanguíneo completo
    • Conteo de reticulocitos

Se pueden hacer otros exámenes para identificar problemas de salud que pueden causar anemia.

¿Cuáles son los tratamientos para la anemia?

Existen diferentes tratamientos para la anemia, así como también para las enfermedades que la pueden causar. En general, estos suelen incluir:

    • Transfusiones de sangre.
    • Corticoesteroides u otros medicamentos para inhibir el sistema inmunitario.
    • Eritropoyetina (EPO), un medicamento que ayuda a que la médula ósea produzca más células sanguíneas.
    • Suplementos de hierro, vitamina B12, ácido fólico u otras vitaminas y minerales.

¿Se puede prevenir la anemia?

La anemia se puede prevenir de múltiples maneras. Incluyendo:

    • Consumir alimentos ricos en hierro y vitaminas B
    • Consumir frutas y verduras ricas en vitamina C, que ayudan a que el cuerpo absorba el hierro
    • En mujeres en edad fértil que tiene períodos menstruales abundantes o un diagnóstico anterior de anemia, es importante que se hagan un análisis cada dos años

Resumen

La anemia es una enfermedad que se define como una cantidad disminuida de glóbulos rojos sanos o normales, como una concentración disminuida de hemoglobina en la sangre, o bien como un valor de hematocrito más bajo de lo normal.

Existen muchos tipos diferentes de anemia, como son la anemia hemolítica, por deficiencia de vitamina B12, por deficiencia de hierro o drepanocítica, entre otras.

Los síntomas de la anemia suelen incluir debilidad, pérdida de apetito, dolores de cabeza e irritabilidad.

La edad, la presencia de enfermedades crónicas y no seguir una dieta equilibrada son algunos de los principales factores de riesgo de la anemia.

Autor

Foto de Javier Guzmán

Javier Guzmán

Licenciado en Medicina por la Universidad de Valparaíso (Chile), Especialidad en Medicina Interna y Magíster en Ciencias Médicas, mención Biología Celular y Molecular. Actualmente cursa un programa predoctoral en la Università degli Studi di Napoli Federico II (Italia).

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