
Cáncer de próstata: cuando sus células crecen sin control
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El cáncer de próstata es un tipo de cáncer que se origina cuando las células de la glándula prostática (que se encuentra sólo en los hombres y cuya principal función es generar parte del líquido que forma el semen), comienzan a crecer incontrolablemente.
La próstata es un órgano que está debajo de la vejiga y delante del recto, y cuyo tamaño suele cambiar con la edad: en varones jóvenes es aproximadamente del tamaño de una nuez, pero a medida que se envejece ésta se puede ir agrandando.
Algunos casos de cáncer de próstata pueden crecer y propagarse rápidamente, pero la mayoría crecen lentamente. De hecho, diferentes estudios en autopsias muestran que muchos hombres de avanzada edad (e incluso los varones jóvenes), que murieron por otras causas, también presentaban un cáncer de próstata silente y que no dio ningún tipo de síntoma o signo (en la mayoría de los casos, ni ellos ni sus médicos conocían de su existencia).
El cáncer de próstata es el cáncer más común en los hombres en los Estados Unidos después del cáncer de piel. Es la segunda causa de muerte por cáncer en los hombres y ocurre más a menudo en hombres afroamericanos que en hombres blancos. Además, los hombres afroamericanos con cáncer de próstata tienen más probabilidades de morir a causa de la enfermedad que los hombres blancos con cáncer de próstata.
Existen varios tipos de cáncer de próstata, pero casi todos son del tipo principal:
Otros tipos de cáncer que también comienzan en la próstata son:
Aunque aún no se comprenden en su totalidad las causas que originan el cáncer de próstata, se sabe que existen varios factores que podrían incrementar el riesgo de un hombre de contraerlo.
En este sentido, los factores de riesgo ampliamente aceptados por la comunidad médica para el cáncer de próstata incluyen:
Otros factores de riesgo con un efecto menos claro incluyen:
El cáncer de próstata en etapas iniciales, por lo general, no suele producir síntomas, pero los casos de cáncer de próstata más avanzados a veces pueden causar síntomas, como:
En las etapas tempranas (estadios I y II), donde no hay signos de que el cáncer se haya propagado fuera de la próstata, la tasa relativa de supervivencia a 5 años es casi del 100%. Afortunadamente, alrededor de 4 de cada 5 casos de cáncer de próstata se suelen detectar en esta etapa inicial. Siempre que el cáncer se haya diseminado desde la próstata hasta las áreas cercanas (estadios III y IV), la tasa relativa de supervivencia a 5 años también es casi del 100%. En cambio, en etapas más avanzadas (estadio IV), donde el cáncer ya se ha diseminado a ganglios linfáticos distantes, huesos u otros órganos, las posibilidades de sobrevivir en los próximos 5 años son más o menos del 28%.
Fuente: Programa SEER (del inglés, Surveillance, Epidemiology and End Results) del Instituto Nacional del Cáncer de los EE.UU.
IMPORTANTE: EL DIAGNÓSTICO PRECOZ DEL CÁNCER ES DE VITAL IMPORTANCIA DEBIDO A QUE UN CÁNCER DIAGNOSTICADO EN UNA ETAPA TEMPRANA ―ANTES DE QUE HAYA CRECIDO DEMASIADO O SE HAYA PROPAGADO A OTRAS ZONAS DEL CUERPO―, TIENE MAYOR PROBABILIDAD DE SER TRATADO CON ÉXITO. POR CONTRA, SI EL CÁNCER SE HA DISEMINADO A OTROS ÓRGANOS, SU TRATAMIENTO SE HACE MÁS DIFÍCIL, Y GENERALMENTE LA PROBABILIDAD DE SUPERVIVENCIA ES MUCHO MÁS BAJA.
Como se puede apreciar en el siguiente gráfico, en el cáncer de próstata, como en muchos otros cánceres, presenta una mortalidad sustancialmente más alta en pacientes cuya enfermedad se diagnostica en una etapa más avanzada o si ésta ya se ha metastatizado a otros órganos.
Actualmente, el diagnóstico de cáncer de próstata se realiza mediante una biopsia de próstata (una prueba para extraer pequeñas muestras de tejido de próstata y examinarlas con un microscopio).
Para realizar esta biopsia de próstata, se inserta una aguja fina a través del recto (biopsia transrectal), a través de la uretra o a través del área entre el ano y el escroto (perineo), siendo la primera la más común. Posteriormente, las muestras de tejido tomadas durante la biopsia se examinan en busca de células cancerosas.
La biopsia de próstata se suele llevar a cabo cuando se realiza una prueba de PSA y se encuentran altos niveles de antígeno prostático específico en la sangre, o después de que en un examen rectal digital se detecte una próstata anormal o un bulto.
Desafortunadamente, los niveles de PSA también se elevan cuando el paciente presenta hipertrofia benigna de próstata, infarto prostático, prostatitis o infecciones del tracto urinario.
Además, algunos procedimientos urológicos también tienen efecto en el nivel de PSA, como por ejemplo:
De manera similar, después de la aplicación de terapia hormonal, el PSA no siempre refleja el comportamiento del tumor, ya que la administración de medicación antiandrógena puede causar bajos niveles de PSA en presencia de enfermedad residual.
Además, una biopsia de próstata puede presentar los siguientes inconvenientes:
El cáncer de próstata se origina cuando las células de la glándula prostática (que se encuentra sólo en los hombres y cuya principal función es generar parte del líquido que forma el semen), comienzan a crecer incontrolablemente.
Algunos casos de cáncer de próstata pueden crecer y propagarse rápidamente, pero la mayoría crecen lentamente.
Muchos hombres de avanzada edad (e incluso los varones jóvenes), que murieron por otras causas, también presentaban un cáncer de próstata silente
El adenocarcinoma es el tipo de cáncer de próstata más común.
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