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La cirrosis es la pérdida de tejido hepático en el hígado, como consecuencia del progreso de la fibrosis hepática y de la acumulación de tejido fibrótico.

Cirrosis hepática: último paso de EHGNA antes de cáncer

Autor: Gabriela Gómez

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Fecha de publicación:

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Tiempo de lectura: 5 min

¿Qué es la cirrosis hepática?

La cirrosis hepática es la pérdida de tejido hepático en el hígado, como consecuencia del progreso de la fibrosis hepática y de la acumulación de tejido fibrótico. Como consecuencia, esto lleva a insuficiencia hepática que se caracteriza por la imposibilidad del hígado de llevar a cabo sus funciones.


La fibrosis hepática se desarrolla a través de 4 fases, que van progresando hasta derivar a la cirrosis en la fase final. Dichas fases son las siguientes:

    • Fase 1: el sistema inmunitario identifica que el hígado está bajo ataque y desencadena la respuesta de curación del cuerpo al causar la inflamación del hígado. Sin tratamiento, el sistema inmunológico continúa su respuesta, lo que lleva a una inflamación crónica
    • Fase 2: la inflamación crónica (hepatitis) comienza a dañar y cicatrizar (fibrosis) el hígado. El tejido cicatricial que no funciona eventualmente comienza a reemplazar el tejido sano. Como resultado, se reducen las funciones hepáticas y el flujo sanguíneo
    • Fase 3: se caracteriza por el daño irreversible causado por una cicatrización grave del hígado
    • Fase 4: es cuando se produce una insuficiencia hepática debido a que el hígado ya no puede funcionar o curarse por sí mismo. Esta fase se denomina cirrosis y causa insuficiencia hepática

La cirrosis es la fase final de la enfermedad hepática crónica, que se suele desencadenar como consecuencia del agravamiento de la enfermedad del hígado graso no alcohólica (EHGNA).

Esto se debe a que la EHGNA puede provocar la inflamación del hígado si no es revertida a tiempo, promoviendo así el desarrollo de EHNA. Si la EHNA se cronifica en el tiempo, el tejido hepático va siendo progresivamente dañado y es reemplazado por tejido conjuntivo (fibrótico), mediante el proceso conocido como fibrosis hepática. En esta fase, la enfermedad hepática es crónica y no se puede revertir. La cronificación de la fibrosis provoca el deterioro de la función hepática debido a la acumulación de tejido conjuntivo, llegando así al desarrollo de la cirrosis hepática.

Por otro lado, cada una de las fases de la enfermedad hepática provoca un aumento del riesgo del paciente de sufrir carcinoma hepatocelular (CHC), que es el tipo más común de cáncer de hígado.


Los síntomas de la cirrosis hepática suelen incluir:

    • Fatiga y pérdida de energía
    • Falta de apetito y pérdida de peso
    • Náuseas
    • Dolor abdominal
    • Vasos sanguíneos pequeños y rojos con forma de araña en la piel

A medida que el funcionamiento del hígado empeora, los síntomas pueden incluir:

    • Acumulación de líquido en las piernas (edema) y en el abdomen (ascitis)
    • Coloración amarillenta en la piel, las membranas mucosas o los ojos (ictericia)
    • Enrojecimiento en la palma de las manos
    • En los hombres, impotencia, encogimiento de los testículos e hinchazón de las mamas
    • Tendencia a la formación de hematomas y sangrado anormal, casi siempre debido a venas hinchadas en el tracto digestivo
    • Confusión o problemas de concentración
    • Heces de color pálido o color arcilla
    • Sangrado del tracto gastrointestinal superior o inferior

Factores de riesgo para la cirrosis hepática

La cirrosis hepática es, la mayoría de las veces, el resultado final de daño crónico hepático causado por una enfermedad prolongada (crónica) del hígado. Los factores de riesgo comunes de enfermedad crónica del hígado son:

    • Infección por hepatitis B o hepatitis C
    • Consumo excesivo de alcohol
    • EHGNA y su progresión a EHNA sin que sea tratada a tiempo

Otros factores de riesgo menos comunes son:

    • Hepatitis autoinmune
    • Trastornos en los conductos biliares
    • Algunos medicamentos
    • Enfermedades hepáticas transmitidas de generación en generación

¿Cómo se diagnostica la cirrosis hepática?

La cirrosis hepática a menudo se detecta durante la evaluación rutinaria del perfil hepático que se utiliza para ver cómo está funcionando el hígado. El perfil hepático suele incluir:

    • Albúmina: es la proteína más abundante que hay en la sangre y producida por el hígado
    • Proteínas totales: mide la cantidad total de proteínas en la sangre, incluyendo albúmina y globulinas
    • Enzimas hepáticas: suelen incluir la fosfatasa alcalina (ALP), la alanina transaminasa (ALT), la aspartato aminotransferasa (ALT), la gamma-glutamil transferasa (GGT) y la Lactato-deshidrogenasa (LDH). Estas son enzimas que se producen principalmente en el hígado. Estas enzimas son específicas del hígado
    • Bilirrubina: es un producto de desecho que produce su cuerpo cuando descompone los glóbulos rojos y degrada los grupos hemo de la hemoglobina. El hígado capta la bilirrubina de la sangre y la une a ácido glucurónico, generando así la bilirrubina conjugada (bilirrubina directa) que es eliminada mediante secreción con la bilis. Por otro lado, la bilirrubina también se puede unir a la albúmina, dando lugar a la bilirrubina no conjugada (bilirrubina indirecta). La suma de ambas bilirrubinas da lugar a la bilirrubina total.
    • Tiempo de protrombina (TP): mide cuánto tarda la sangre en coagular. La protrombina es una proteína involucrada en la coagulación de la sangre. Se produce en el hígado

Además, también existen otras pruebas que, en caso de obtener resultados anómalos del perfil hepático, pueden confirmar o descartar la presencia de cirrosis hepática. Dichas pruebas son:

    • Ultrasonidos
    • Resonancia magnética nuclear (RMN)
    • Tomografía computarizada (TC)
    • Fibroscan (elastografía)
    • Endoscopia para ver venas anormales en el esófago y estómago

A veces se requiere de biopsia del hígado para confirmar el diagnóstico.

¿Cuáles son los tratamientos para la cirrosis hepática?

Los tratamientos para la cirrosis hepática suelen incluir:

    • No beber alcohol
    • Consumir una dieta saludable que sea baja en sal, grasa y carbohidratos simples
    • Hacer ejercicio
    • Controlar otros problemas metabólicos subyacentes, como la hipertensión, la diabetes y el colesterol alto
    • Tratamientos endoscópicos para venas dilatadas en el esófago (várices)
    • Extracción de líquido del abdomen (paracentesis)
    • Colocación de una derivación portosistémica intrahepática transyugular (DPIT) para mejorar el flujo sanguíneo en el hígado

Si la condición se agrava y se convierte en enfermedad hepática terminal, se puede requerir un trasplante de hígado.

¿Se puede prevenir la cirrosis hepática?

La cirrosis hepática se puede prevenir si se adoptan hábitos de vida que no pongan en riesgo la salud del hígado. Dichos hábitos incluyen:

    • Mantener un peso saludable
    • Llevar una dieta saludable
    • Hacer ejercicio regularmente
    • Limitar el consumo de alcohol
    • Utilizar los medicamentos apropiadamente

Resumen

La cirrosis hepática es la pérdida de tejido hepático en el hígado, como consecuencia del progreso de la fibrosis hepática y de la acumulación de tejido fibrótico.

La cirrosis hepática lleva a insuficiencia hepática que se caracteriza por la imposibilidad del hígado de llevar a cabo sus funciones.

La cirrosis hepática es la fase final de la enfermedad hepática crónica, que se suele desencadenar como consecuencia del agravamiento de la enfermedad del hígado graso no alcohólica (EHGNA).

Cada una de las fases de la enfermedad hepática provoca un aumento del riesgo del paciente de sufrir carcinoma hepatocelular (CHC), que es el tipo más común de cáncer de hígado.

Autor

Foto de Gabriela Gómez

Gabriela Gómez

Graduada en Medicina por la Universidad de los Andes (Colombia), con especialización en Hepatología. Estudios de postgrado realizados sobre la Enfermedad Hepática por la Universidad de los Andes (Colombia). Actualmente se encuentra en la University of Illinois (Estados Unidos), trabajando en su Doctorado basado en "Estudio de los índices hepáticos para el diagnóstico y/o cribado de la enfermedad de hígado graso no alcohólico (EHGNA), esteatohepatitis (EHNA), fibrosis y cirrosis".

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