
Esteatohepatitis no alcohólica (EHNA): grasa con inflamación
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Tiempo de lectura: 4 min
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La esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) es una inflamación grasa del hígado que no es debida a hábito alcohólico. Es una de las causas fundamentales de cirrosis hepática. El hígado juega un papel muy importante en la distribución de triglicéridos y esteroles a los diferentes tejidos mediante las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) y las lipoproteínas de baja densidad (LDL). Además, el hígado también recibe el exceso de lípidos del resto de tejidos mediate las lipoproteínas de alta densidad (HDL) para su degradación. De este modo, la acumulación de lípidos en el hígado es anómala y suele ser siempre signo de patología.
La EHNA es en realidad una forma agresiva de esteatosis hepática no alcohólica en la cual la infiltración grasa del hígado se acompaña de fenómenos de necrosis, inflamación y fibrosis.
La EHNA se desarrolla a partir de la desregulación de la enfermedad del hígado graso no alcohólica (EHGNA). Si la EHNA se cronifica en el tiempo, el tejido hepático va siendo progresivamente dañado y es reemplazado por tejido conjuntivo (fibrótico), mediante el proceso conocido como fibrosis hepática. En esta fase, la enfermedad hepática es crónica y no se puede revertir. La cronificación de la fibrosis provoca el deterioro de la función hepática debido a la acumulación de tejido conjuntivo, llegando así al desarrollo de la cirrosis hepática.
Por otro lado, cada una de las fases de la enfermedad hepática provoca un aumento del riesgo del paciente de sufrir carcinoma hepatocelular (CHC), que es el tipo más común de cáncer de hígado.
En general, la EHNA no suele generar síntomas. Pero de tenerlos, los más frecuentes suelen ser:
Los principales factores de riesgo para el desarrollo de la EHNA suelen ser:
El síndrome metabólico, que es la alteración resultante del sobrepeso y la obesidad, es el principal factor de riesgo para el desarrollo de la EHNA. De hecho, debido a la preocupante prevalencia de síndrome metabólico que hay a nivel mundial, la prevalencia de EHNA se está convirtiendo en un factor de importante consideración.
Todos estos factores aumentan el riesgo de desarrollar EHGNA que, a su vez, incrementa el riesgo de EHNA.
La EHNA a menudo se detecta durante la evaluación rutinaria del perfil hepático que se utilizan para ver cómo está funcionando el hígado. El perfil hepático suele incluir:
Además, también existen otras pruebas que, en caso de obtener resultados anómalos del perfil hepático, pueden confirmar o descartar la presencia de EHNA. Dichas pruebas son:
Para la diferenciación entre EHGNA y EHNA, se suele requerir la realización de una biopsia de hígado para su análisis.
Los principales tratamientos para la EHGNA también pueden aplicarse para tratar la EHNA. Dichos tratamientos incluyen:
Bajar de peso y manejar la diabetes puede retrasar y en ocasiones revertir el depósito de grasa en el hígado.
Las medidas más eficientes para prevenir la EHNA incluyen:
La esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) es una inflamación grasa del hígado que no es debida a hábito alcohólico.
La EHNA es una de las causas fundamentales de cirrosis hepática.
La EHNA es en realidad una forma agresiva de esteatosis hepática no alcohólica en la cual la infiltración grasa del hígado se acompaña de fenómenos de necrosis, inflamación y fibrosis.
Cada una de las fases de la enfermedad hepática provoca un aumento del riesgo del paciente de sufrir carcinoma hepatocelular (CHC), que es el tipo más común de cáncer de hígado.
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