Hipofosfatemia: cuando los niveles de fósforo son bajos

La hipofosfatemia es un trastorno electrolítico en el cual existen niveles anormalmente bajos de fósforo en la sangre. Esta condición se puede observar en muchas causas, siendo más común cuando pacientes con desnutrición (especialmente pacientes con alcoholismo crónico) se les da grandes cantidades de carbohidratos, los cuales aumentan la demanda de fósforo por parte de las células, removiendo el fósforo sanguíneo (síndrome de realimentación).

La hipofosfatemia puede ser

• Aguda
• Crónica

En la hipofosfatemia aguda, la concentración de fosfato en la sangre cae de repente a valores peligrosamente bajos. Debido a que el cuerpo utiliza grandes cantidades de fosfato durante la recuperación de ciertos trastornos. En la hipofosfatemia crónica los niveles de fosfato en la sangre se encuentran bajos durante un período de tiempo. Esta suele aparecer cuando se elimina demasiado fosfato.

Los síntomas de hipofosfatemia pueden incluir:

• Dolor óseo
• Confusión
• Debilidad muscular
• Convulsiones
• Falta de energía o una caída de energía
• Irritabilidad
• Fracturas de huesos debilitados

A parte de la desnutrición, existen también otras causas y factores de riesgo de hipofosfatemia, entre las cuales los siguientes:

• Alcoholismo
• Antiácidos
• Ciertos medicamentos, como insulina, acetazolamida, foscarnet, imatinib, hierro por vía intravenosa, niacina, pentamidina, sorafenib y tenofovir
• Síndrome de Fanconi
• Absorción deficiente de grasas en el tracto gastrointestinal
• Hiperparatiroidismo (glándula paratiroides hiperactiva)
• Inanición
• Muy poca vitamina D

Los análisis de sangre son las pruebas que se utilizan por excelencia para el diagnóstico de la hipofosfatemia y sus posibles causas.

Se pueden hacer los siguientes exámenes:

• Pruebas de la función renal
• Nivel de la hormona paratiroidea
• Examen de vitamina D en sangre

Las pruebas y exámenes pueden mostrar:

• Anemia debido a la destrucción excesiva de glóbulos rojos (anemia hemolítica)
• Daño al miocardio (miocardiopatía)

El tratamiento depende de la causa que provoque los bajos niveles de fosfato en sangre. Aun así, la administración controlada de fósforo se suele recetar para corregir sus niveles. El fósforo se puede administrar por vía oral o a través de una vena (vía intravenosa).

Existen numerosas medidas que permiten controlar y prevenir la hipofosfatemia, entre las cuales se incluyen las siguientes:

• Mantener bajo control las afecciones que pueden causar hipofosfatemia: si se tiene diabetes, es importante seguir un plan de manejo para prevenir la cetoacidosis diabética. Pedir información al médico si se tiene un trastorno por consumo de alcohol y se requiere ayuda para dejar de beber. La obesidad y los trastornos alimentarios como la bulimia o la anorexia pueden causar desnutrición. Esto aumenta el riesgo de tener hipofosfatemia. El médico puede ayudar a manejar estas condiciones de salud o dar información sobre los planes de tratamiento
• No tomar más antiácidos o diuréticos que lo indicado: estos medicamentos suelen estar disponibles sin receta médica. Es fácil tomar demasiados al mismo tiempo o en el mismo día
• Consumir alimentos saludables y variados: los alimentos saludables incluyen frutas, verduras, productos lácteos bajos en grasa, frijoles, carnes, pescado y panes y cereales integrales. Se puede prevenir la desnutrición si se consumen suficientes alimentos saludables cada día
• Ejercitar según indicaciones: el nivel de fosfato puede disminuir repentinamente si se ejercita demasiado o muy intensamente. Siempre se debe calentar antes del ejercicio y enfriarse después
• Tomar líquidos como se haya indicado: los líquidos ayudan a que los riñones funcionen bien. Los líquidos pueden evitar la deshidratación, en especial si se tiene diarrea. Demasiado o muy poco líquido puede afectar el equilibrio de fosfato y otros minerales en el cuerpo