
Intolerancia al gluten
|
|
Tiempo de lectura: 3 min
|
|
Tiempo de lectura: 3 min
La intolerancia al gluten (también conocida como sensibilidad al gluten no celíaca) es un trastorno que provoca síntomas tanto digestivos como extradigestivos que mejoran cuando el gluten es retirado de la dieta. El gluten es una proteína que se encuentra en el trigo, el centeno y la cebada. Se encuentra principalmente en los alimentos, pero también puede encontrarse en otros productos como medicamentos, vitaminas y suplementos.
La intolerancia al gluten se diferencia de la enfermedad celíaca (también conocida como celiaquía) en que este segundo trastorno consiste en una enfermedad autoinmune en la que el intestino delgado es progresivamente dañado. En la intolerancia al gluten, este daño crónico al intestino delgado no se da y los síntomas de la enfermedad desaparecen si el gluten es eliminado de la dieta.
Los síntomas más característicos de la intolerancia al gluten son dolor abdominal y la fatiga. Además, este trastorno puede provocar más síntomas digestivos, como gases, diarrea y estreñimiento. También puede incluir otros síntomas como dolor de cabeza, dolor en las articulaciones y sarpullido.
Los investigadores todavía están conociendo más sobre la intolerancia al gluten. En este sentido, muchos otros síntomas están siendo relacionados con la intolerancia al gluten, incluyendo entre otros:
Más del 20% de las personas con intolerancia al gluten presentan reacciones alérgicas a uno o más inhalantes, alimentos o metales, entre los cuales los más comunes son los ácaros del polvo, las gramíneas, la parietaria, el pelo de gato, conejo o perro, los crustáceos y el níquel. Además, muchos pacientes de intolerancia al gluten tienen también intolerancia a la lactosa.
Hoy en día, los factores de riesgo para la intolerancia al gluten no están del todo claros. Aun así, se considera que una persona puede tener un mayor riesgo de desarrollar dicha intolerancia si tiene algún familiar celíaco o con esta misma condición, ya que se estipula que ambas patologías podrían tener un origen genético. Por otro lado, la edad, el elevado consumo de gluten y ciertas infecciones gastrointestinales (principalmente las causadas por enterovirus y rotavirus) están siendo estudiados a día de hoy como potenciales factores de riesgo para ambas condiciones.
Para diagnosticar la intolerancia al gluten, primero debe descartarse la celiaquía. Por este motivo, el diagnóstico consiste en:
La intolerancia al gluten no suele tener cura. Aun así, los mismos tratamientos que se usan para tratar la celiaquía ayudan también a la remisión de los síntomas en pacientes con intolerancia al gluten. Básicamente, estos tratamientos consisten en la eliminación del gluten en la dieta.
Por ahora, no hay forma de prevenir la intolerancia al gluten. Aun así, se pueden prevenir los efectos adversos asociados a esta condición si:
La intolerancia al gluten (también conocida como sensibilidad al gluten no celíaca) es un trastorno que provoca síntomas tanto digestivos como extradigestivos que mejoran cuando el gluten es retirado de la dieta.
La intolerancia al gluten se diferencia de la enfermedad celíaca (también conocida como celiaquía) en que este segundo trastorno consiste en una enfermedad autoinmune en la que el intestino delgado es progresivamente dañado.
Hoy en día, los factores de riesgo para la intolerancia al gluten no están del todo claros. Aun así, se considera que una persona puede tener un mayor riesgo de desarrollar dicha intolerancia si tiene algún familiar celíaco o con esta misma condición, ya que se estipula que ambas patologías podrían tener un origen genético.
{"one"=>"Seleccione 2 o 3 artículos para comparar", "other"=>"{{ count }} de 3 artículos seleccionados"}
Seleccione el primer artículo para comparar
Seleccione el segundo artículo para comparar
Seleccione el tercer elemento para comparar